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Eva Martínez

Autora del portal El Taller de mis Memorias

Tomar la decisión de que una persona con Alzheimer ya no pueda conducir es difícil, y debe ser comunicado al enfermo con cuidado y sensibilidad. A pesar de que la persona pueda estar molesta por la pérdida de independencia, la seguridad debe ser una prioridad. Se pueden dar casos que los mismos pacientes reconocen como un “susto”.

Por ejemplo, un caso real que un alumno explica: “mientras conducen su coche por la ciudad, llegó a una rotonda con una de esas obras de arte gigantes en su centro, que han crecido como setas en nuestras ciudades en pocos años, y se quedó absorto mirando la figura sin saber si acelerar, frenar, entrar en la rotonda…y lo que hizo fue pisar el acelerador y entrar en la plaza central”. Antes, esas rotondas no existían, así que el aprendizaje vial extra que le supusieron, lo olvidó pronto.

Vamos a ver una serie de consejos que pueden venir bien a la hora de proponer a un enfermo de Alzheimer que no vuelva a conducir.

 

6 consejos para evitar que una persona con alzheimer conduzcaBusca pistas que le indiquen que la conducción segura ya no es posible: perderse en lugares conocidos, conducir demasiado rápido o demasiado lento, hacer caso omiso de las señales de tráfico, estar al volante siempre enfadado o síntomas de confusión a la hora de manejar el coche.

Sé comprensivo con el enfermo que ha perdido la capacidad de conducir (estará molesto, y es normal porque verá afectada su independencia), pero mantente firme en tu decisión, si es que decide que no conduzca más. Es decir, sé consistente, no le permitas conducir si tiene “un buen día”, y se lo prohíbas en los “días malos”.

Pídele ayuda a tu médico. El enfermo puede ver al médico como una autoridad y estar dispuesto a dejar de conducir. Pero también el médico puede ponerse en contacto con la Dirección General de Tráfico  y solicitar que la persona sea re- evaluada.

Si es necesario, guarda las llaves del coche. Si a la persona le gusta llevarlas encima, un truco es  sustituirlas por un juego diferente o que no sirva para abrir su coche.

Si todo lo demás falla, quítale la batería al coche (deshabilítalo de alguna manera) o muévelo a un lugar donde la persona no pueda verlo o tener acceso.

Pide a sus familiares o amigos que desplacen al enfermo hasta donde le haga falta o averigüea horarios y líneas de autobús, metro, tranvía, tren, que le puedan ser de utilidad.