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Pilar Amaku, Autora del blog El Amaku

Cuando nos jubilamos nos encontramos de pronto con una etapa de nuestra vida que frena de pronto el estrés del trabajo y de la vida del día a día y nos sumerge en una rutina diaria tranquila y sosegada. El problema surge cuando no tenemos ninguna ocupación, como cuidar de los nietos, y nuestra vida se vuelve aburrida y monótona. Esto hace que el cerebro se acomode y cada vez nos cueste más realizar tareas que antes realizábamos con los ojos cerrados.

Una buena forma de ejercitar nuestro cerebro y hacerle salir de la llamada Zona de Confort, es realizando ejercicios sencillos que obliguen a nuestro cerebro a mantenerse activo, curioso, creativo, más despierto. Suelen ser tareas sencillas pero que supongan un esfuerzo para el cerebro, más abajo os indicamos algunos ejemplos, pero tú mismo puedes crear tus propios ejercicios.

 Seis consejos para ejercitar el cerebro en la Tercera Edad:

1.- Empezar algo nuevo.

Quizá haya algo que tengas pendiente desde hace años y nunca empezaste, algo que siempre te llamó la atención y nunca tuviste tiempo de hacer. Aprender un nuevo idioma, aprender un tipo de baile o navegar por internet y descubrir que puedes conocer cualquier lugar del mundo con un solo clic puede ser muy estimulante. Como dice el proverbio: “El mejor momento para plantar un árbol fue hace 20 años, el segundo mejor, es hoy”, así que adelante con ello.

2.- Juega como un niño.

Juega, diviértete, ríe. Los juegos son una buena forma de pasar el tiempo entre amigos. Si esto no es habitual en tu día a día, prueba, introduce los juegos en tu vida, si es posible mejor en compañía.

¿Sueles juntarte con los amigos a jugar? Prueba a cambiar el juego, si siempre jugáis a la brisca, alternad con la escoba. Si jugáis al dominó, probad con juegos de cartas, con las damas, el ajedrez, haced crucigramas entre todos, montad puzles…

3.- Conoce gente.

Sal al parque a dar un paseo, al centro de día más cercano, al hogar del jubilado, al bar de la esquina, a la biblioteca… Cualquier lugar es bueno para conocer gente nueva. Los mayores tienen esa capacidad de comenzar una conversación con cualquiera, en un lugar cualquiera y del tema que sea. Es una capacidad que todos tenemos cuando somos niños y luego perdemos cuando llegamos a la edad adulta, y que por alguna maravillosa razón recuperamos cuando somos mayores. La mayoría son extremadamente abiertos, buscan conexiones con otras personas continuamente y estarán encantados de charlar contigo.

4.- Cambia tu rutina.

Intenta comer con la mano contraria con la que comes habitualmente, levántate por el otro lado de la cama, cuando salgas de casa, cambia el camino que recorres siempre, ve por la calle paralela, haz un pequeño rodeo y observa qué diferencias hay en esos lugares.

Cuando te asees fíjate qué tareas realizar primero, por ejemplo, después de ducharme siempre comienzo a secarme el brazo izquierdo, luego el derecho, etc. Y siempre en el mismo orden, es inconsciente, pero es así. Una vez que hayas comprobado cuál es tu rutina, cámbiala, en vez de secarte primero el brazo izquierdo, sécate un pie. Es un buen ejercicio diario y muy sencillo para ir saliendo de nuestra zona de confort.

5.- Conoce lugares nuevos.

Puede ser en tu ciudad o fuera del país. Viajar y conocer otras culturas, otros lugares, otras personas, ver otros paisajes…

Imaginar cómo vivirían nuestros antepasados en determinadas épocas y lugares es una forma de viajar con la mente y un método magnífico de estimular nuestro cerebro.

6.- Mézclate.

Conoce gente de todas las edades, razas, sexos, ideologías… Piensa que cada persona ha tenido unas vivencias diferentes en su vida, cada una de ellas puede contarte algo y enseñarte algo nuevo que no sabías, así como tú también tendrás historias únicas para contarle. Hablar con personas de un círculo diferente al nuestro nos ayuda a entender mejor a los demás.

Entre todos podemos aprender más sobre cómo ejercitar nuestro cerebro. ¿Se te ocurre algún otro consejo?