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La navidad es una época amada por muchos. Esencialmente familiar y basada en comidas, regalos, villancicos y felicidad. Es por esto precisamente por lo que para otras muchas personas resultan momentos odiados, de tristeza y abandono.

Las personas mayores son especialmente sensibles a la navidad. Para ellos el pasar tiempo en familia es algo esencial. Sus seres queridos son los que dan sentido a toda su vida, aunque también podría decirse que son los mayores los que han sostenido los pilares para sacar adelante a los suyos. Esta es la lógica de su completa devoción y dedicación.

La navidad puede despertarles tristeza al pensar que ya no están todos juntos, que hay faltas o que la unidad familiar se ha resquebrajado. Pueden verse totalmente desbordados con su preparación para ejercer de meros cocineros o sentirse aislados al apartarles de toda responsabilidad.

También pueden vivir una felicidad con fecha de caducidad, ya que hacia el 7 de Enero vuelve la rutina, las ocupaciones, el estrés y cada uno vuelve con sus vidas y se dedica a sí mismo.

Los recuerdos de navidad de toda una vida quedan anclados y se recuerdan con anhelo. Las navidades para ellos ya no son lo que eran, al igual que las navidades del año 2050 serán realmente diferentes a las celebradas a día de hoy. Y las añoraremos, y querremos volver al pasado.

Basta con concederles responsabilidades e implicarles en los quehaceres pero acompañándoles, escuchar sus ideas, sus recuerdos y conceder pequeños cambios que les trasladan al pasado para arrancarles una sonrisa, o animar a los niños a dejar a un lado sus juguetes y pasar tiempo con sus abuelos, aprender de ellos y darles el cariño que se merecen.

Haz que su navidad sea diferente, que incorporen momentos a la lista de “mis recuerdos de navidad” y que esa felicidad perdure y no se desvanezca cuando las luces de navidad se apaguen.

¿Cómo viven vuestros mayores las navidades? Contadnos qué hacéis para que también sean días especiales para ellos.