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La vida está llena de etapas y estas suponen momentos críticos que pueden afrontarse de muy diversas maneras. La niñez probablemente marca nuestras vidas, la adolescencia nuestro futuro y nuestra personalidad, así como todas aquellas etapas que vayan surgiendo en nuestra vida adulta. Una de las más críticas es la jubilación ya que entraña cambios significativos y por ello deberemos estar preparados.

Por otro lado, la viudedad resulta común generalmente en los últimos años de vida. Aquellas personas fuertemente unidas a otras, que han convivido y creado una vida conjunta, que han vivido como si fueran uno, encuentran un sentimiento de vacío cuando uno de los dos fallece. Debido a la mayor esperanza de vida en la mujer, esta situación la sufren ellas en mayor medida.

Las mayores de hoy son personas marcadas por su difícil pasado, donde dependían económicamente de su marido, con escasos recursos, con muchas vivencias pero pocos estudios, con mucha sabiduría pero pocas oportunidades profesionales. Mujeres entregadas a su casa y su familia, donde a pesar de que esto era más una obligación que una opción, se crearon sus propias motivaciones. Nunca tuvieron otra opción de vida, pero la disfrutan y siguen sonriendo ante sus quehaceres. Dedicaron su vida entera a los demás, olvidando en ocasiones sus propias preferencias o gustos.

Eso es lo que mejor saben hacer e invierten un esfuerzo incansable en realizarlo. Pero ¿qué pasa ante la ida de sus hijos o el fallecimiento de sus maridos?, ¿a quién van a dedicarse ahora?

Es común que estas mujeres, eternamente dedicadas a su casa y su familia se encuentren, además de tristes, desorientadas y sin objetivos en la vida. Deberán pensar en un nuevo plan de vida, porque el que conocían hasta ahora se ha esfumado.

¿Qué podemos hacer por ellas?

Lo primero prevenir esa sensación de pérdida de objetivos, procurando crear en ellas otros objetivos en la vida ajenos a la familia y que se centren en ellas como personas, atendiendo a sus gustos y preferencias.

Si tienen una afición, si mantienen sus amistades, si realizan actividades placenteras o si tienen presentes proyectos que no pudieron realizar, tendrán un plan que les permitirá con mayor facilidad afrontar esa situación y salir hacia delante con el mejor ánimo posible.

Si esto no ha podido realizarse antes de que la mujer enviude, la línea es la misma, se trata de buscar motivaciones, objetivos y cualquier razón que haga que esa persona quiera seguir viviendo a pesar de esa situación.

 

Desde Centro Virtual sobre el Envejecimiento todo nuestro apoyo a esas heroínas supervivientes que enfrentan esta etapa tan dura en el Día Internacional de las viudas.

Os invitamos a que compartáis con nosotros vuestra experiencia en este tema. ¿Cómo han enfrentado vuestras mayores esta etapa? ¿Cómo les habéis ayudado?