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Eva Martínez. Autora del portal El Taller de mis Memorias

Es importante acostumbrarle a una rutina para ir al retrete, es decir, marcarle una serie de momentos para ir al baño (se aconseja cada 2 horas o 2 horas y media) y ligarlo a una actividad concreta, por ejemplo, siempre se tiene que sentar en el WC después de cada comida y cuando viene de la calle. Con esto marcaremos una pauta que nos será muy útil cuando pierda el control total de esfínteres, ya que aguantará más tiempo con un solo pañal y podremos dejar pasar más tiempo entre cambio y cambio.

Una vez sentado en el baño, no debemos tener ninguna prisa y dejarle el tiempo necesario para estar seguros de que ha terminado. Si no mantiene bien la estabilidad encima del retrete podríamos colocar barras de apoyo a cualquiera de los dos lados del retrete.

Debemos recordarle la secuencia completa de la actividad del baño, que se compone del desvestido parcial, sentarse en el retrete, limpiarse y lavarse bien las manos.

Al igual que con el resto de Actividades de la Vida Diaria, llegará un momento en que lo más útil sea modificar el entorno y hacer uso de las ayudas técnicas que hay en el mercado para hacer la situación lo más llevadera posible:

 

-      Barras de soporte.

-      Elevador de asiento de retrete.

-      Asiento de WC con ruedas.

-      Asiento de WC fijo.

-      Bidé portátil para WC.

-      Asidero de WC al suelo.

-      Silla de baño geriátrico.

 

 

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