David Hilfiker, Watching the Lights Go Out
Siempre he identificado a mi persona, a mi “yo”, con mi intelecto, y ahora parece que esa concepción de mi mismo va a cambiar radicalmente. Los budistas sugieren que es justo aquí, en esta identificación con el "yo", donde surge el sufrimiento. Yo me identifico a mí mismo como un intelectual y ahora voy a perder ese atributo.
No puedo tolerar la perspectiva de que mi intelecto se vaya a ir desvaneciendo. ¿Qué soy entonces si no soy el más listo del lugar? ¿Cómo voy a responder a la gente cuando vea la vergüenza reflejada en sus ojos si digo algo absurdo? ¿Qué haré si no puedo tener conversaciones "coherentes" o intercambiar correos electrónicos sobre temas cotidianos?
Por otra parte, por mucho que odie reconocer a esta enfermedad un lado positivo, supongo que servirá para intensificar mi viaje espiritual. Nunca he sido consciente del hecho de necesitar de otra persona, o a Dios, para estas cosas. Estoy seguro de que es una exageración, pero una de las cosas que conforman esa identidad, y que seguramente va a desaparecer, es la "independencia" ¿Puedo permitirme ser en extremo vulnerable, necesitar o depender de otros? ¿Puedo dejar que otra gente me ayude? Si no es así, el futuro va a ser muy doloroso. Ahora tendré que aprender a vivir, de una forma u otra, sin mi mente analítica.
Recuerdo un documental sobre una mujer que cuidaba de su madre enferma de demencia, en él, decía que su madre siempre había sido una persona muy severa y crítica, constantemente obsesionada con el pasado o el futuro, y que nunca había tenido una relación muy estrecha con ella. Sin embargo ahora, decía, estaban viviendo juntas, e intensamente, el presente, que reían y jugaban muchísimo. No puedo imaginarme a mí mismo en una situación así. ¿Seré capaz de aceptarlo?
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