David Hilfiker, Watching the Lights Go Out
A veces me pregunto si mi miedo al Alzheimer me está acercando o, por el contrario, alejando cada vez más de las realidades fundamentales de la vida, hasta de Dios. Podría ser incluso, que la vulnerabilidad que siento (por primera vez en mi vida) me haga reconocer a Dios también en el plano emocional. ¿Conseguirá mi miedo que me aferre con mucha más fuerza al presente?
Pero ¿cuál es el temor? ¿es en realidad miedo a la muerte? creo que definitivamente es eso, pero nunca he sido consciente de haberle tenido ningún miedo al hecho de morir. Tal vez es el miedo a dejar de existir, pero ¿qué hay que temer de eso? Por mucho que odie la idea de verme postrado en la cama de una residencia de ancianos, no soy consciente de que esa situación me provoque miedo, ¿decepción y tristeza? sí, ¿pero miedo? no, creo que no.
Cada día noto algo nuevo que no anda bien en mi mente; estoy escribiendo más lento y con muchos errores, me distraigo con demasiada facilidad, cada vez tardo más en hacer cualquier cosa, mi memoria parece estar empeorando por semanas. ¿Son estas señales evidencias de un empeoramiento de la enfermedad, o es que estoy empezando a imaginar cosas para así ajustar el diagnóstico?
¿En qué momento mi deterioro será lo bastante obvio para mí mismo como para poder interiorizar el diagnóstico? ¿O ya lo es? ¿Qué diría si fuera mi propio médico? Probablemente las mismas ambigüedades que dice mi doctor: "Bueno, parece bastante probable pero, por supuesto, no podemos estar completamente seguros sin tener más datos; sin embargo, por su evolución parece que así es". Si fuera mi propio médico, compartiría mi profunda preocupación, pero no daría nada por sentado.
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