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Con el creciente envejecimiento de la población mundial y el aumento de las dolencias de tipo neurológico, cada vez se hacen más necesarias instituciones y profesionales especializados en el envejecimiento de calidad, en investigación y en cuidados sociosanitarios asociados a patologías como el Alzheimer. Los cuidadores desempeñan tareas complejas e intensas que a menudo afectan a su estado físico y emocional. Cuidar de una persona mayor, especialmente de aquellos que padecen patologías neurodegenerativas, es una tarea a tiempo completo que muchas veces da como resultado la sobrecarga de algunos cuidadores. La ‘robótica asistencial’ aplicada a la problemática del envejecimiento es una reciente innovación que podrá ofrecer nuevas posibilidades a la hora de cuidar de nuestros mayores.

En marzo de este año, la Universidad Carlos III de Madrid y la Fundación Alzheimer España celebraron un acuerdo de colaboración para crear robots con el objetivo de aliviar la sobrecarga de los familiares cuidadores. El proyecto se llama ‘RobLab’ y será desarrollado por RoboticsLab, la unidad responsable de las actividades de Investigación y Desarrollo en robótica avanzada de la Universidad Carlos III de Madrid. En esta misma línea de investigación, la Universidad Rey Juan Carlos tiene ya un robot de 50cm de altura que ha probado con enfermos de Alzheimer, comprobando en ellos una reducción de ciertos síntomas como la apatía y la agresividad. Los resultados fueron presentados en una sesión de la “Primera Jornada Anual de Divulgación de la Cátedra Telefónica - Universidad de León” dedicada a la aplicación de las tecnologías de la información y la comunicación al envejecimiento de la sociedad. Las sesiones de roboterapia se realizaron en el Centro Alzheimer de la Fundación Reina Sofía e incluían actividades de musicoterapia, fisioterapia y estimulación cognitiva como ejercicios de lógica, repetición de palabras o adivinanzas. Por otro lado, los robots pueden además realizar otras tareas cotidianas que resultan de gran utilidad en el día a día de quien vive o convive con la demencia. Entre estas tareas destacan, por ejemplo, recordar la toma de medicamentos, ayudar en las tareas domesticas o complementar actividades lúdicas como juegos, lecturas o artes plásticas. Al fomentar la interacción y la comunicación, los robots pueden contribuir a disminuir la apatía y la irritabilidad de estos enfermos, estimulando al mismo tiempo sus capacidades motoras y cognitivas.

Entre otros síntomas la enfermedad de Alzheimer se manifiesta con pérdidas de memoria y alteraciones de la personalidad que pueden llevar al paciente a un estado de desorientación, agresividad y depresión. A pesar de que aun no existe una cura para la enfermedad, y además del tratamiento farmacológico necesario, las diferentes intervenciones cognitivas, sociales y tecnológicas son fundamentales a la hora de mejorar  el bienestar y la calidad de vida tanto de los pacientes con Alzheimer, como de sus familiares y cuidadores.

Sin embargo, para poder explorar y aprovechar completamente todos los beneficios de la robótica al servicio de la sociedad, del envejecimiento y de los enfermos de Alzheimer en particular, se hace necesaria una estrecha colaboración entre todas las personas involucradas, desde los ingenieros y los técnicos encargados de desarrollar los robots hasta los propios cuidadores y familiares de estos enfermos, pasando también por las asociaciones, grupos de apoyo y profesionales cualificados especializados en los cuidados sociosanitarios. Esta cooperación permitirá identificar las principales necesidades de estos pacientes e investigar de qué forma y a cuáles de esas necesidades, la robótica puede ofrecer una respuesta alternativa.

 

el debate

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