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Luna acaba de llegar del colegio. Como cada día, se lava las manos, y calienta la comida que ha dejado preparada su madre horas atrás antes de marcharse a trabajar.

- ¡Hasta mañana Encarni! – Dice Luna

- Hasta mañana Luna, no olvides las tareas del cuadernillo. Mañana estaré aquí a la hora de siempre – Dice Encarni apresuradamente.

Aun queda una hora hasta que llegue papá de trabajar y Luna aprovecha para leer en alto el libro de Harry Potter que tiene a la mitad.

A media tarde toca la rutina de siempre; deberes, música, merienda y un ratito de televisión y videojuegos. Durante la cena, repasa lo que ha hecho en el día con sus padres y hablan de planes de fin de semana.

Luna tiene tiempo de cumplir con sus obligaciones y de disfrutar de su tiempo libre, pero ello no le impide acompañar a su abuela Carmen, que vive con ellos y tiene Alzheimer.

- Luna, gracias a ti, la abuela Carmen será cada día más feliz en nuestra casa, -  le dijeron sus padres meses atrás.

- Nosotros y Encarni cuidaremos de ella para que no le falte de nada, y queremos que pienses en algo que puedas hacer para que ella esté contenta y entretenida. ¿Se te ocurre alguna idea?

Luna decidió incorporar a su abuela en sus actividades. Gracias a ello pasan mucho tiempo juntas y está aprendiendo cosas que no conocía.

Le encanta leer en alto sus libros, ya que cuando lo hace, su abuela abre mucho los ojos y apenas pestañea.

Luna realiza junto con su abuela los deberes; hoy ha tocado conocimiento del medio, crucigramas y recordar qué tipo de alimentos se comían antaño para hacer una redacción.

Después, han estado escuchando música mientras merendaban juntas (Manolo Escobar y Justin Bieber), y han visto su programa de TV preferido, “Pasapalabra”.

Antes de cenar, han hecho ejercicio juntas con la Wii para mantenerse en forma.

Cuando ya está toda la familia en casa y mientras cenan, cada uno ha cuenta lo que ha hecho durante el día.

- ¡Es increíble la cantidad de cosas que te ha dado tiempo a hacer en el día mama! – dice el padre de Luna asombrado.

Carmen sonríe y mira a Luna.

-  Sí, lo hemos pasado muy bien. – Añade Luna devolviéndole la sonrisa.

Una manera fácil y enriquecedora de implicar a niños y adolescentes en el cuidado de sus familiares con demencia sin desengancharles de sus gustos y rutinas.

Clara Díaz, Psicóloga y autora del blog Serendipity