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Eva MartínezAutora del portal El Taller de mis Memorias

En las fases más avanzadas de la enfermedad de Alzheimer aparecen importantes deficiencias motrices. Normalmente se suele conservar la capacidad de andar pero con pasos más cortos y lentos. Progresivamente aparece rigidez muscular que va a tener una influencia muy negativa tanto en la marcha como en otros movimientos motrices.

Un tanto por ciento importante de los pacientes presenta paratonía, que es una anomalía de la contracción muscular en la cual el músculo que voluntariamente se quiere relajar, se contrae y queda tenso. Todo esto hace que aparezca un aumento en el riesgo de caídas cuando la persona se levanta sola de la silla, el sillón y comienza a deambular.

La deambulación errática suele aparecer con mucha frecuencia en estas fases se caracteriza por un caminar sin rumbo fijo, a veces hacia lugares inapropiados y en una cantidad excesiva pues tienden a hacerlo a cualquier hora del día o de la noche, incluso con tendencia a escaparse de casa.

En estos casos, cuando la deambulación se produce dentro de casa es importante que el ambiente sea relajado con una iluminación suave y si hay música que sea adecuada. Es muy importante eliminar cualquier tipo de barrera arquitectónica que pueda provocar alguna caída o accidente.

Si la deambulación se realiza en el exterior es importante colocar a la persona algún tipo de localizador como tarjetas o brazaletes en los que se detalle el nombre, dirección y número de teléfono por si se diese el caso de que se despistara y perdiera. Es recomendable también hablar con los vecinos y comerciantes de la zona y comentarles la posibilidad de que vean al enfermo despistado y perdido sin saber a dónde tiene que ir y sin saber volver a casa.

De cualquier forma es importante que el enfermo camine al aire libre y acompañado pues son muchos los beneficios que se obtienen a nivel de salud física y de bienestar en general. Se reduce el nivel de estrés,  favorece la regulación intestinal, reduce la obesidad, trabajan las articulaciones, etc.

La marcha al aire libre favorece el contacto social con otras personas y es una buena actividad para realizar de forma regular todos los días del año. De esta forma la persona se cansa y es muy probable que  luego el resto del día este más tranquila y por la noche duerma mejor.

A la hora de caminar debemos adaptarnos siempre al ritmo del enfermo procurando que sea un ritmo lento y rítmico. La persona mayor no debe llegar a fatigarse por lo que es importante asegurarnos que a lo largo del recorrido haya bancos donde poder sentarse y descansar para luego reanudar el paseo.

Así pues, siempre que se pueda es muy recomendable incluir en la dinámica diaria un paseo al aire libre acompañado de otra persona.