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Esta historia ha sido publicada en el New York Times, en su sección de documentales de opinión. Su autor es el productor de cine Banker White, y quiere explorar cómo la enfermedad de Alzheimer ha revelado la fuerza del matrimonio de sus padres.

El vídeo está en inglés, pero seguro que la historia os llega al alma al recordar cómo es enfrentarte a una situación en la que el Alzheimer no llega a interponerse en el amor. Habla de incondicionalidad. De la dureza, del dolor y de una vida compartida.

Os dejamos con la historia, comentadnos cómo os ha hecho sentir, y compartidla si pensáis que alguien más puede aprender de este amor.

A marriage to remember 

Mi madre, Pam White, ha tenido una vida plena. A sus 67 años ha criado a tres niños felices, disfrutado con una reconocida carrera como trabajadora social y ha sido una devota compañera para mi padre, Ed. Sin embargo, como ella dice, “Sólo hay un pequeño problema”. En 2009, a los 61 años, fue diagnosticada con principio de Alzheimer.

Después del diagnóstico  me mudé a casa de mis padres, cerca de Boston, para ayudar con su cuidado. A la vez que mi madre empezaba a compartir conmigo su naciente experiencia con el Alzheimer, yo empecé a grabar nuestras conversaciones íntimas. Durante los siguientes cuatro años grabamos tanto los grandes acontecimientos como los pequeños detalles de la cambiante realidad de mi familia.

 

Una de las cosas más sorprendentes del Alzheimer  es que ha revelado la fuerza del matrimonio de mis padres, aunque esté alterando su relación para siempre. Este proceso ha sido a la vez doloroso y bonito. Con este vídeo, quiero mostrar su complejidad.

Después de retirarse de su trabajo en las finanzas este enero, mi padre es ahora el cuidador principal de mi madre, con ayuda cinco días a la semana de una maravillosa cuidadora a domicilio, Eva. Mi padre es un marido leal con un fuerte sentido del deber. Estas extraordinarias cualidades nos hacen ahora preocuparnos por su propio bienestar, dado que ahora se debe a su mujer en esta nueva e imposible situación.

Cuidar de alguien con Alzheimer es una experiencia larga y humillante. Quizá lo más doloroso es el sentimiento subyacente de futilidad, sabes que solo puede ir a peor. Las entrevistas con mi padre se convirtieron la oportunidad para hablar sobre las decisiones difíciles que deben tomar todas las familias que están lidiando con esta enfermedad. Según avanzaba la enfermedad y la dependencia de mi madre hacia él se intensificaba, nuestras conversaciones grabadas se convertían para nosotros en un espacio para la reflexión y la aflicción.

La experiencia de cuidar de alguien con Alzheimer puede ser tremendamente aislante, en momentos en los que más necesitas apoyo. Estamos agradecidos de que este proceso nos ha acercado como familia y como comunidad para celebrar el más valioso regalo de todos: nuestros recuerdos.

Historias como esta, que reflejan experiencias sobre Alzheimer son perfectas para nuestro II Concurso de experiencias. Infórmate aquí: