Comentarios / Añadir Comentario

Cuando somos jóvenes normalmente tenemos una red social amplia y bastante explotada. Nuestros planes son variados y con frecuencia tenemos más de un grupo con el que realizar actividades de ocio o al que nos sentimos unidos. A medida que se cumplen años y se va envejeciendo ese grupo de amistades se va reduciendo, y también los planes, para ir aumentando las actividades realizadas en familia. Es algo natural, sobre todo cuando se tienen hijos. No obstante, a día de hoy, cada vez se toman en cuenta más las amistades independientemente de la edad.

Nuestros mayores han vivido otra realidad en la que la familia siempre ha sido lo primero, donde el ocio tenía poca cabida y las amistades se reducían más a vecinos y conocidos y las actividades a rutinas del día a día. Teniendo en cuenta esto y sabiendo la importancia del éxodo rural en las últimas décadas, nuestros mayores deben hacer un esfuerzo extra por mantener las relaciones sociales y sus amistades y poder así conservar este área de la vida tan importante para las personas.

La soledad es en muchas ocasiones la protagonista en la vida de las personas mayores. La viudedad, pérdidas familiares, la enfermedad y otros asuntos hacen que pasen la mayor parte del día sin contacto social. Un posible remedio para acabar con esto podría ser la promoción de las relaciones sociales en la vejez, creando, al igual que se hace con niños o jóvenes, actividades, eventos o actos donde el fin es conocer a otras personas y crear un entorno lúdico y social.

El concepto de envejecimiento ha cambiado,  ahora, la mejora en la salud de los mayores les permite participar más en la sociedad. Es el momento de acabar con los mitos, de orientar una vida de sacrificio hacia el disfrute y de aprovechar el tiempo haciendo que sea de calidad.

Fomentar la vida del pequeño comercio, mantener contacto con los vecinos, asistir a actividades realizadas en el centro social del barrio o no descuidar a aquellos que un día estuvieron más cerca haciendo periódicas llamadas de teléfono puede ser la clave para promoverlo.

Sigamos construyendo vivencias con las amistades, busquemos nuevas si es necesario y planteemos nuevos propósitos:


Para cerrar este post que abre el mes de la amistad y la vida social en la vejez compartimos este artículo elaborado por el IMSERSO: La participación social de las personas mayores. Un análisis de cómo las personas mayores han ido tomando cada vez mayor parte en todas las áreas de la sociedad.