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La enfermedad de mi padre avanza de una forma característica, que ya he ido observando muchas veces. Aunque parece que progresa despacio, de vez en cuando, tiene lo que yo llamo brote, retroceso o bajón. Un día está especialmente torpe, o tiene una pequeña enfermedad aguda (como un resfriado), o su comportamiento no es el habitual. Al cabo de unos días, parece recuperar su estado anterior, pero en ese lapso de tiempo siempre pierde algo que ya no recupera.

Ahora estamos en uno de esos momentos, y este bajón parece muy serio, tan serio que nos tiene trastornados.

Hasta ahora, él se levantaba solo por las noches para orinar, por la fuerza de la costumbre, y el conocimiento de la casa, volvía a su cama. Generalmente le oíamos, estábamos atentos y todo se desarrollaba más o menos bien.

Como ha tenido tres caídas en un intervalo pequeño de tiempo, aunque sin consecuencias graves, y estas no han sido por la noche, cuando se levanta al servicio, el médico ha recomendado que ya no se levante y que usemos silla de ruedas.

Estas medidas han sido devastadoras y todos en casa sufrimos esta crisis. Sigue teniendo el impulso de levantarse por la noche, y aun usando pañal, quiere e intenta salir de la cama, como no lo consigue, pues hemos puesto una barrera en la cama, para impedírselo y evitar las caídas, se queja continuamente y no duerme. Otras veces se quita el pañal, con el consiguiente estropicio en pijama y cama.

Así llevamos una semana, la situación es tremenda pues él no descansa y nosotros tampoco, no parece que avancemos, no se acostumbra a no levantarse por la noche.

Durante el día deambulaba por la casa, de vez en cuando, iba a su dormitorio, colocaba y recolocaba los objetos de su mesilla, también llegaba solo hasta el servicio, pero a raíz de las caídas y de una marcha más inestable, no dejamos que lo haga solo y siempre le acompañamos agarrándole para evitar que se caiga.

Todo esto hace que esté mucho más dependiente de lo que ya estaba, y yo, con tanta supervisión y pocas horas de sueño, siento que estoy “al borde de un ataque de nervios”.

Abril 2014