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Eva Martínez

Autora del portal El Taller de mis Memorias

 

A veces los niños no preguntan directamente, pero sí demuestran preocupación porque el enfermo de Alzheimer los llamó por los nombres equivocados. Y es que los niños intuyen más de lo que a menudo nosotros nos podamos dar cuenta. Ellos no pueden entender exactamente lo que le pasa al enfermo, pero es importante informarles de forma apropiada a su edad.

Veamos entonces los siguientes consejos:

Explicar la enfermedad de manera que los niños puedan entenderla. La palabra “Alzheimer” puede no significar mucho para los niños, y la palabra “enfermedad” puede hacer que suene como si se pudiese curar. Considere la posibilidad de decir algo así como: “El abuelo tiene un problema de memoria”. "Las personas no saben hacer de todo, y algunas personas no saben utilizar muy bien su memoria”. Explique que mucha gente necesita ayuda con la edad, pero asegúrese de hacer hincapié en el hecho de que aunque la persona necesita ayuda para recordar las cosas no significa que él o ella no sea capaz de hacer nada más.

Trata de no evadir el tema y afronta los miedos comunes que pueda manifestar el niño. Sabráa cuánta información necesitan los niños por el tipo de preguntas que hacen. Esfuérzate para responder abierta y honestamente pero no compartas más de lo necesario, como por ejemplo, hablarle sobre detalles acerca de la última etapa de Alzheimer nada más ser diagnosticado de la enfermedad. Otro ejemplo: si un abuelo olvida el nombre de su hijo, le llama a él o ella por el nombre equivocado o le confunde contigo, el niño puede malinterpretarlo pensando que el abuelo no le quiere. Con cuidado, habrá que explicar que no puede recordar las cosas que acaban de suceder, o incluso los nombres de las personas que más ama.

Por último, incluso si el niño no pregunta, hágale saber que el Alzheimer no es de ninguna manera una enfermedad contagiosa.  Haga hincapié en que la enfermedad no tiene nada que ver con gérmenes ni virus y que no puede ser contagiado por estar cerca del abuelo.

Ahora os dejamos una serie de sugerencias con las que dirigirse a los niños, por edades:

Hasta los 6 años:

“El abuelo tiene problemas para recordar cosas. Él podría olvidar su nombre, los nuestros, dónde ha puesto las llaves; lo llaman “Alzheimer” ¿Qué palabra más rara, verdad?. Ahora tenemos que ser pacientes con el abuelo.”

Recuérdales que a pesar de que el abuelo no podrá o no puede decirlo, todavía le quiere y él quiere a su abuelo.

Contesta a sus preguntas tan honestamente como sea posible. Si no sabes la respuesta, o te preguntas cómo decirlo, transmíteselo y prorroga la respuesta para más adelante.

De 6 a 12 años:

Comienza con la conversación anterior. Puedes añadir que la enfermedad lleva el nombre de un médico que ayudó a entender lo que le está pasando al abuelo. Muestra imágenes si está interesado; podemos dejarle ver cómo funciona el cerebro y lo que le pasa al del abuelo.

Explica que la enfermedad de Alzheimer no es contagiosa, pero que se empeora con el tiempo.

Se quedan más tranquilos si les hacemos ver que nosotros vamos a hacerles saber lo que está pasando en cada momento.

Aníma a no evitar a su abuelo. Diles que aunque se pueda olvidar de quién eres y ni siquiera saber quién son, siguen siendo su familia, y en definitiva todavía están allí.

Dale la opción de visitar o no visitar al abuelo, que permanezcan a su lado durante unos minutos, que expresen cuándo se sienten incómodos.

Hazle saber que pueden sentarse juntos sin hablar, mirando a los pájaros o comer helado, para que sean los propios niños los que encuentren su propio camino, su nueva forma de relacionarse con su abuelo.

A partir de 12- adolescencia:

Invítale a explorar por sí mismos los detalles de la enfermedad, proporcionándo los nombres de algunos sitios web, películas o vídeos que se acercan a la enfermedad de Alzheimer desde diferentes perspectivas.

Anímale a hacer un reportaje sobre el Alzheimer para la escuela o escribir sobre ella en la clase de Inglés, de lengua, de tutoría...

Puedes darle un diario para anotar sus sentimientos y recuerdos.

Anímale a encontrar maneras de mantener “sano” al abuelo, contando sus historias, preguntando por sus labores de cuando era jóven, viendo con él fotos.

Habla acerca de las cosas que le dan miedo. Motívale. Comparte sus temores con él.

Hay en ocasiones que el Alzheimer, irónicamente, puede unir a las familias. Así que habla de ello con los niños, haz preguntas, acepta el amor y el apoyo que le brindan. 

Recomendamos que echéis un vistazo al post Los niños ante la enfermedad de Alzheimer

Por último, no quiero perder la ocasión para recomendarles una página web que a mí, particularmente, me gusta mucho: Lola & Alz (@lolalolo_alz) proyecto creativo infantil sobre la enfermedad de Alzheimer, desde la cual se pretende:

Desestigmatizar esta enfermedad entre la infancia

Crear un compromiso social con la enfermedad

Dignificar a nuestros mayores

Dentro del proyecto podréis encontrar un libro simplemente genial que viene al caso de lo que hoy les he estado hablando: La cajita de música de Lola donde se muestra la enfermedad de Alzheimer desde la visión de los más pequeños, “sus miedos, su labor dentro de la familia, su infinito amor hacia los mayores…”