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Tercera entrega de nuestra serie de dedicada a las Ciudades Amigables con las Personas Mayores, a raíz del esquema que presenta la OMS con su Global Age-friendly Cities: a Guide. En los anteriores artículos ya hemos hablado de Servicios sociales y asistencia médica, Transporte, Viviendas y Participación Social. Hoy nos centramos en los temas de Espacios a aire libre y edificios y en el Respeto a los mayores.

Espacios al aire libre y edificios

Los espacios al aire libre tienen un gran impacto en la movilidad, independencia y calidad de vida de las personas mayores de cara a que desarrollen su vida diaria más allá del confort de sus casas. Una ciudad limpia, con áreas recreativas bien mantenidas, amplias zonas de descanso, rutas para caminar bien desarrolladas y seguras, y un entorno seguro en general dará a los mayores un buen espacio para envejecer.
Un entorno agradable con espacios verdes.


Los entornos urbanos no suelen ser los mejores lugares para envejecer, especialmente por los altos niveles de contaminación. Las ciudades que tienen un alto crecimiento de población - y sobrepoblación- son lugares en los que los residente mayores encuentran dificultades para moverse, y no tiene un fuerte sentido de pertenencia. La limpieza de un lugar, los niveles de ruido, los espacios exteriores y verdes también afectan a la “amigabilidad” de las ciudades. Cuando las ciudades desarrollan entornos limpios y verdes, y tienen en cuenta las funcionalidades amigables con los mayores en los planes de urbanismo, se convierte en espacios estupendos para que los mayores residan durante sus años dorados.

[[{"type":"media","view_mode":"media_large","fid":"11871","attributes":{"alt":"","class":"media-image","height":"394","style":"font-size: 13.008px; line-height: 1.538em; width: 280px; height: 230px; margin-left: 20px; margin-right: 20px; float: left;","typeof":"foaf:Image","width":"480"}}]]Edificios amigable, calzadas, cruces seguros para peatones y áreas de descanso adecuadas

Aceras estrechas, desiguales, agrietadas y congestionadas son riesgos potenciales para las personas mayores, agravados cuando llueve o nieva. Coches aparcados en las aceras, y en ocasiones ciclistas, también plantean riesgos para la seguridad como peatones de los mayores, que se ven obligados a caminar en las carreteras. En cuanto a los semáforos, las luces de cruce de peatones que cambian demasiado rápido son otro peligro para los peatones mayores, que pueden llegar a preferir no salir en casos extremos. La falta de áreas de descanso hace que sea aún más difícil para las personas mayores moverse, si no tienen un lugar en el que parar cuando se cansen. Las instalaciones públicas y tiendas ubicadas lejos de donde viven las personas mayores podrían disuadirles de hacer uso de estas instalaciones.

Un entorno seguro

Una comunidad no estará cohesionada e integrada si los residentes se sienten inseguros. Esto, a su vez, desalienta a las personas mayores de seguir con su vida cotidiana de forma independiente y afecta a la integración social entre las generaciones. Hacer que los  residentes se sientan seguros también implica poner las medidas adecuadas contra los desastres naturales.


Respeto e inclusión social

Una sociedad inclusiva estimula y fomenta que las personas mayores participen más en la vida económica, social y cívica de la ciudad. Esto es, promueve el envejecimiento activo.
 

Respeto para los mayores

A pesar de que el respeto a los mayores existe en la mayoría de las ciudades y comunidades, también existen prejuicios negativos relacionados con la edad. Hay la necesidad de facilitar las interacciones intergeneracionales para disipar esas nociones. La educación sobre el envejecimiento también debería darse a edades tempranas para aumentar el conocimiento del mismo y de sus asuntos asociados, para que la gente pueda aprender a apreciar su vejez.

Inclusión económica y social

El compromiso social puede contribuir a reducir el estigma de la tercera edad. Iniciativas de edad con el fin involucran a todos los adultos mayores en actividades en las que tienen experiencia pueden mantenerlos comprometidos con la comunidad, y ayudar a que se sientan valorados. Las personas mayores siempre deben ser consultados sobre las decisiones que les afecten.