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Eva Martínez

Autora del portal El Taller de mis Memorias

 

Muchos de los cuidadores os enfrentáis casi a diario con este problema, así que volvemos a contar con la colaboración de Beatriz, que nos hablará sobre el estreñimiento y la incontinencia:

La disminución de la ingesta de fibra y líquidos, la reducción de la movilidad y las alteraciones neurológicas secundarias a la enfermedad están en la base del estreñimiento de las personas con demencia.

Fomentar la ingesta de líquidos a lo largo del día y fuera del horario de comidas y aumentar el consumo de fibra en la dieta (frutas, verduras, cereales integrales…) son medidas básicas para evitar el estreñimiento.

Es importante anotar en un calendario las deposiciones para facilitar el diagnóstico de las retenciones fecales que en ocasiones pueden cursar con la emisión de deposiciones líquidas (diarrea paradójica por rebosamiento) para la que equivocadamente se podría prescribir un antidiarreico que agravaría el problema. Ante la sospecha de impactación fecal se debe reblandecer la masa fecal retenida (mediante laxantes orales), y desobstruir mediante enema o extracción digital.

La incontinencia urinaria es muy habitual en la fase grave de las demencias y entre los ancianos. No obstante, conviene tener presente circunstancias que pueden precipitar su aparición y que se pueden corregir: infección del tracto urinario, aumento de la próstata, estados de confusión aguda o toma de ciertos fármacos.

Aunque lo habitual en las personas con demencia avanzada es que presenten incontinencia tanto urinaria como fecal, se recomienda en la medida de las posibilidades, seguir llevando o indicando al enfermo que vaya al WC cada  2 horas, al levantarse y al acostarle. Se trata de disminuir los episodios de incontinencia para así disminuir el riesgo de lesiones en la piel, cambios de ropa, posibles infecciones…

No obstante, se recomienda emplear pañales (de las características apropiadas a cada persona)  o colectores (sistema para recoger la orina en varones) para evitar que se mojen la ropa o la cama.

Para facilitar los varios cambios de ropa al día que con frecuencia necesitan, se recomienda usar ropas holgadas, anchas, cómodas y fáciles de quitar.

Beatriz Grandal Leiros.

Geriatra. Clínica Psicogeriátrica Josefina Arregui. Alsasua (Navarra).