Comentarios / Añadir Comentario

Resumen del artículo de opinión remitido a la revista de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, para su revisión y publicación.

Dr. Burgueño – Director del Programa Desatar al Anciano y al Enfermo de Alzheimer

Como eticista en la práctica que soy, he de decir que me preocupa que se realicen juicios éticos sobre acciones que no son del todo bien conocidas, como es el caso del uso de sujeciones en el ámbito asistencial español, fenómeno de gran complejidad en cuanto a sus razones, tanta que a mi me ha costado ya 10 años de estudio.

Desde que comenzaron a surgir centros libres de sujeciones en España comencé a preguntarme por qué siendo posible no se erradica esa práctica de la rutina asistencial, y hoy estoy convencido de que una razón de peso son las falacias prevalentes y quienes las defienden.   

Una falacia es una mentira con mascara de verdad, y tiene la misma fuerza para crear un estado de opinión.

 

Sobre quienes alimentan esas falacias

Para que una falacia adquiera categoría de verdad es necesario, no solo que esté bien construida (aparente lógica), sino que la hagan suya entidades que son referencia. En los últimos años son diversas las asociaciones profesionales que se han manifestado sobre el uso de sujeciones, por lo que existe riesgo de que creen un estado de opinión contrario a erradicar las sujeciones de las practicas asistenciales, aún siendo posible. 

Encontrando falacias

En muchos casos la construcción es tan buena que muchos son los que las toman como verdades. En España se hacen afirmaciones sobre sujeciones que son falacias en sí, o que sirven de base (premisa) para obtener conclusiones falaces.

Veamos las más frecuentes:

  • La "Contención Mecánica de Pacientes" es un conjunto de medidas de carácter preventivo y terapéutico”...
  • Sujeción física es una “medida terapéutica excepcional que mediante el uso de procedimientos físicos o mecánicos".
  • Como es una medida terapéutica, es el médico quien debe pautarla.
  • Es imprescindible adoptar un protocolo de aplicación. 
  • La indicación está vinculada a (entre otros) un riesgo evidente y grave para el paciente de caerse.
  • Se utiliza en beneficio del paciente y como un mal menor. 
  • La estructura asistencial de las residencias geriátricas (numerosos residentes, y personal asistencial a veces insuficiente) favorece situaciones de riesgo de utilización de medidas de contención no siempre justificadas.  

De esas afirmaciones podemos obtener las siguientes falacias:

  • Las sujeciones son medidas terapéuticas, y por ello es el médico quien debe pautarlas.
  • El riesgo de caídas justifica el uso de sujeciones.
  • Son un mal menor.
  • Para evitar sujeciones en residencias es necesario más personal.

 

Verdades sobre las sujeciones físicas 
Posicionamiento del Programa Desatar
 

Sin evidencias científicas sobre posibles indicaciones médicas, no existe base para decir que las sujeciones son "medidas terapéuticas". Tampoco existe base para afirmar que tengan que ser prescritas por un médico, y la experiencia nos enseña que no se pueden considerar “un mal menor” salvo raras excepciones. 

  • Las sujeciones no responden a ninguna necesidad de la persona.
  • No previenen.
  • No curan.
  • No ayudan a un diagnóstico.
  • No son terapéuticas.
  • Quitan capacidad.
  • Son causa de graves complicaciones.

Prevenir caídas con sujeciones es desproporcionado y un disparate científico. Hoy día ya no se defiende en ningún país desarrollado que se utilicen sujeciones en los casos típicos de personas con riesgo de caídas.

Aplicar el principio ético del mal menor para justificar la aplicación de una sujeción es dar por hecho que una sujeción es una acción con doble efecto, efectos positivos y negativos conocidos. No se puede afirmar con rigor científico que existen efectos positivos de las sujeciones, y sí que existen efectos negativos.

Los requisitos para que sea admitida como un mal menor son:

  • La acción debe ser en sí buena o indiferente.
  • El efecto malo no puede ser ni causa ni medio para el efecto bueno.
  • No debe existir ninguna otra alternativa.
  • El efecto bueno debe ser proporcionalmente superior al efecto malo.

La existencia de más de 50 centros libres de sujeciones en España nos enseña que lograr erradicar esa práctica es posible, y que se ha hecho sin incremento de personal.

"Las sujeciones que conocemos en el programa desatar no cubren una necesidad de la persona, sino una necesidad de los trabajadores o de la organización".

No son convenientes protocolos de sujeciones. Son necesarios protocolos de seguridad, con medidas para proteger a las personas objeto de atención, que expliquen que recurrir a sujeciones solo se admite para extremas y puntuales excepciones.

Las regulaciones legales que se hagan deben ir enfocadas a requerir protocolos de seguridad física a los centros asistenciales.

Relegar las sujeciones a un uso excepcional es un cambio de paradigma en España, que al principio puede requerir que una figura sanitaria lidere el control de dicho uso. Si en el ámbito de las residencias se acepta que sea un médico quien las ha de autorizar es porque estamos seguros de que el médico puede ejercer de forma especial el papel de garante de un uso limitado de las sujeciones.

Interesa la elaboración de guías profesionales para promover la seguridad en los centros sanitarios evitando el uso de sujeciones.

Solo se pueden justificar claramente en caso de urgencia puntual, de riesgo inminente y grave para la integridad de la persona o de terceros. En la práctica se aprende que esos casos son raros en las residencias.

Es evidente, que se puede cuidar a las personas, incluido las personas con demencia, sin utilizar sujeciones físicas, y a esa evidencia nos atenemos para adoptar una actitud de “tolerancia cero” a las sujeciones en el Programa Desatar, actitud que proponemos que se adopte por parte de todos.