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La comida es uno de los factores que los cuidadores debemos tener en cuenta. En el caso de mis padres, no tienen restricciones en la alimentación pues no padecen enfermedades que así lo aconsejen. No obstante por su edad, inmovilidad y particularidades hay que cuidar la comida.

Mi padre padece estreñimiento crónico, tiene prótesis dental y problemas de deglución de los líquidos. Normalmente come bien y usamos un espesante para alimentos líquidos, sopas etc. También hay que tener cuidado con el tamaño de los trozos, y las cantidades que se lleva a la boca, pocas veces come solo, aunque a veces lo intenta y con mucha dificultad hay días que lo consigue.

Mi madre desde que empezó a manifestar síntomas de Alzheimer, tiene obsesión con la comida, todo le parece mucho y aunque le pongas una ración pequeña siempre insiste en que quitemos algo del plato. Ella padece divertículos intestinales y diarreas frecuentes.

Ambos han ido perdiendo peso, mi madre porque come poco y por sus diarreas. Mi padre ha  perdido masa muscular por la inmovilidad.

Si no fuera suficiente con los cuidados personales que necesitan, el cuidador tiene que programar, comprar y elaborar la comida, no solo para los enfermos sino para el resto de la familia que convivimos con ellos.

Yo procuro que todos comamos lo mismo, salvo raras excepciones, pero de todas formas esta tarea me lleva bastante tiempo y algún que otro quebradero de cabeza.

Estos enfermos disfrutan poco de la vida, por tanto la comida debe ser apetitosa, rica y variada, para que por lo menos disfruten de ella y de sus platos favoritos. Además las comidas tienen sus horarios y hay que cumplirlos.

En fin que los cuidadores tenemos cantidad y variedad de tareas, que si lo pensamos bien, ni nosotros mismos sabemos cómo podemos con todo.

 

Septiembre 2014